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jueves, 15 de diciembre de 2011

CAPÍTULO X: ALGUNAS IMPLICACIONES DE LA CALIDAD

            Dentro de la calidad existen muchos factores que influyen para lograrla o no lograrla, algunos de ellos son:     

Crítica y autocrítica, esto porque la crítica debe generar sugerencias, ser creativa y constructiva y debe conducir a que todos mejoremos. Debemos aceptar la crítica constructiva de la mejor manera y reconocer que estas son parte del proceso de mejora.

            Se debe valorar la diversidad, ya que gracias a esta, aumenta el número de posibles soluciones o propuestas dentro de las planeaciones, y con ello se desarrollan dos exigencias: ambiente de liberta, y actitud de respeto. También implica consensos, relevancia, justicia, etc.

            Otra cosa es que nos exige creer en nuestros alumnos, para darles autoconfianza, y que puedan aprender mejor. Y sin duda alguna, para terminar, hace falta mencionar que la calidad también se debe compartir, ya que este es un fin social, y si una escuela es buena, todas deben serlo (más is se habla de educación básica), así que debemos compartir nuestros logros junto con los demás colegas docentes.



Schmelkes, S. (1995) “Algunas implicaciones de la calidad”, en Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 117 – 129) México, D.F., SEP.



Comentario:

Bueno, creo que al igual que se mencionan aquí algunas implicaciones con respecto a la calidad, también debe haber varias que no se mencionan, y que tal vez, las veamos hasta el momento en el que nos toque ser docentes, y enfrentarnos a situaciones que requieran de alguna de las enseñanzas de esta materia y de todas las demás.

CAPÍTULO IX: LA CALIDAD NECESITA LA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD.

Otro factor sumamente importante para la calidad educativa, es la participación de los padres de familia, esto es con el fin de que a la larga, los padres de familia hagan suyo ese espacio, que se relacionen tanto con la escuela, que al final termine sintiéndose parte de esta.

Una vez instalada una escuela en una comunidad, pasa a ser parte de ella, al igual que la comunidad pasa a ser parte de la escuela.

Para propiciar la comunicación entre padres de familia y la escuela, se recomiendan las siguientes medidas:

a)    Trabajo desde el aula

·         Aprovechar conocimientos, habilidades y valores en los alumnos

·         Involucrar a los padres en las tareas escolares

·         Hacer participar a personas de la comunidad en la impartición de clases especificas

b)    Creación de ambiente familiar propicio al aprendizaje. Se deben atender de manera primordial los siguientes elementos:

·         Nutrición, higiene, salud, conocimiento de la importancia de un niño y sus requerimientos, conocimiento de la importancia de un ambiente familiar y estable para el buen desarrollo.

c)    Apoyo de los padres a los alumnos rezagados y/o a quienes presentan problemas especiales de aprendizaje.

La participación de la comunidad se traduce en mejor aprendizaje, y el proceso de búsqueda de mayor calidad se verá fortalecido en la medida que involucremos a los que comparten ese objetivo, esa es la razón por la cual debemos hacer más fuertes los lazos entre la escuela, docentes, padres y alumnos.

Schmelkes, S. (1995) “La calidad necesita la participación de la comunidad”, en Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 101 – 116) México, D.F., SEP.



Comentario:

            En este capítulo seguimos hablando de la participación social, mientras leía, recordé una clase de Escuela y Contexto, en la cual realizamos una lectura, sobre un diario de observación, en la cual también usan la frase “la escuela pertenece a la comunidad, como la comunidad pertenece a la escuela”. Creo que es así como debería realmente funcionar una escuela, y más que la escuela, la sociedad completa debería mostrar interés en la educación de sus hijos, de su futuro, creo que todos deberíamos hacer conciencia, en que la participación social trae beneficios para todos, por lo tanto, todos deberíamos trabajar en eso, invertirle tiempo, y comenzar a apoyar al proceso de calidad educativa.

CAPÍTULO VIII: LA PLANEACIÓN Y LA EVALUACIÓN PARA LA CALIDAD.

Como ya se mencionó, el proceso de calidad inicia cuando nos damos cuenta de que algo anda mal. Para que el problema sea primeramente detectado, se cuenta con varios agentes o fuentes de procedencia, podrían ser los beneficiarios de las escuelas cuando se quejan, las críticas del propio personal, o provenir incluso de la propia dirección.

Una vez reconocido el problema, se debe reconocer que las cosas pueden cambiar, que pueden ser mejores, y después comenzar una planificación, lo cual es muy importante en el proceso de la calidad.

Para elaborar este plan, se deben llevar a cabo ciertos pasos o requisitos como:

·         El plan debe elaborarse en equipo.

·         El plan debe comenzar por estabilizar los procesos, o por definir la estabilidad existente.

·         Diseñar los resultados deseados.

·         El plan debe privilegiar los procesos de prevención del problema.

·         El plan debe privilegiar la disminución de las variaciones por encima de la elevación del promedio.

·         El plan requiere programas más precisos.

Una vez que se ha diseñado como es debido, dándole seguimiento a los puntos antes mencionados, se debe poner en marcha y debe ser monitoreado. Ambas acciones, deben ser llevadas a cabo precisamente por el equipo que ha diseñado este plan. Para que el monitoreo se dé adecuadamente, se recomienda mantener comunicación con los beneficiarios (padres de familia, alumnos, etc.)

Después de esto, el próximo paso es evaluar, lo cual es muy común, sin embargo esta práctica no sirve si se solo se evalúa, ya que también se debe monitorear. En este momento debe operar la función de mantenimientos, para evitar que las cosas se vuelvan a repetir.

Todo este proceso ahora podemos llamarlo PHRA, la cual son siglas de: Planificar, Hacer, Revisar,  y Actuar.



Schmelkes, S. (1995) “La planeación y la evaluación para la calidad”, en Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 89 – 100) México, D.F., SEP.



Comentario:
            Este capítulo me recuerda a la lectura “Evaluación del aprendizaje y calidad de la educación básica” de la misma autora, ya que habla sobre tipos de evaluación, y aquí se engloba la evaluación de los diferentes aspectos en general, pero se hace mención de las diferentes fuentes, podríamos decir que se complementan ambas lecturas. También se relaciona con lo que hemos visto referente a participación social, pues en la ley general de educación, en el artículo 66, fracción V, dice: “Hacer del conocimiento de la autoridad educativa del plantel, las irregularidades cometidas por el personal administrativo o académico, que ocasionen perjuicios, daños o cambios emocionales en los educandos”, lo cual como menciona Sylvia Schmelkes, se toma como una fuente para detectar problemas o fallas en el proceso educativo y por lo tanto, de calidad.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

CAPÍTULO VII: LA CALIDAD CONDUCE AL MEJORAMIENTO CONTINUO DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS.

Otro factor que afecta a la calidad, no son en sí los docentes, sino el sistema con el que opera la escuela donde este trabaje, y aunque el problema no sea en si el grupo docente, si esta en ellos la solución de este problema.

Un factor muy relacionado con el comentario anterior, es la calidad de las personas, pues es en gran parte la actitud de las personas lo que hace que se esmeren o no lo hagan en su trabajo.

Lo primordial es la posibilidad de vivir los valores del compromiso, la responsabilidad y la solidaridad. Las personas se desarrollan como tales cuando son capaces de crecer integralmente. El proceso de desarrollo personal radica en descubrir el sentido de la vida, que procede de demostrarse a sí mismo. Si nos desarrollamos como personas, no  podremos formar integralmente a nuestros alumnos, y hay valores importantes como:

Identidad, la cual se adquiere al desarrollar las capacidades fundamentales docentes, sin este valor no hay respeto.

Libertad, responsabilidad y respeto al bien común, los cuales son derechos para conocer, considerar, y tomar decisiones asumiendo las consecuencias  y haciéndose responsable de ellas.

Equidad y justicia, La primera brinda oportunidades iguales a todos; la segunda es un valor más profundo.

Solidaridad y compromiso, todos participamos en al proceso de mejoramiento de la calidad; por lo tanto asumimos un compromiso.

Congruencia: Se favorece en la medida en que se privilegian procesos de conocimiento que suponen su construcción.

Schmelkes, S. (1995) “La calidad conduce al mejoramiento continuo de las personas involucradas”, en Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 76 – 88) México, D.F., SEP.

Comentario:

En este capítulo, el autor nos hace ver la importancia de cambiar ciertos comportamientos o capacidades de los actores escolares, principalmente de los maestros, pues en ellos recae la ejecución de los planes que previamente el director haya desarrollado. Además, es como dice el ejemplo de la autora, si el grupo docente (como parte del entorno) no funciona o no apoya a un maestro con iniciativa, pronto, este maestro terminará siendo un flojo… 

CAPÍTULO VI: LA CALIDAD REQUIERE LIDERAZGO.

El director debe ser un líder, y cumplir con funciones muy diferentes a las que se cumplen en nuestro país, esto con el fin de continuar mejorando el proceso educativo. El director debe ser constante, comprometido y funcionar como motor principal de toda la escuela, además no debe reducir sus funciones solamente a papeleo administrativo.

Para que la calidad pueda darse, lo primero es, que el director se dé cuenta de que de él parte todo, después debe tener la capacidad de desarrollar un plan, explicarlo a los maestros, entusiasmarlos y finalmente, sacarlo adelante.

Como director, se debe encargar de comprender y actuar en contra de los problemas que hacen que un maestro no se sienta orgulloso de su trabajo, en otras palabras, debe encargarse de fomentar una conducta positiva del maestro hacia su trabajo. Al ser líder, no debe solo enjuiciar, observar o inspeccionar, también debe dar consejos o ayudar en la resolución de problemas.

Pero el director no puede generar planes o solucionar problemas únicamente basado en su intuición, debe estar informado, e investigar sobre las condiciones y necesidades de sus beneficiarios, saber con qué recursos cuenta, quienes integran el equipo y cuáles son los retos a los que se enfrenta.

También como director se tienen dos responsabilidades, mantener, que se refiera a asegurar que todos alcancen los estándares establecidos en un determinado momento dentro del ciclo de la calidad. Y mejorar, con lo cual se refiere a dar los pasos necesarios para ir logrando estándares de comportamiento  y niveles de logro cada vez más alto.

Aparte de esas responsabilidades, se tienen dos funciones, la de estimulante y de apoyo,  la cual se dirige a los apoyos y la función de control, la está dirigida a los apoyos.

Schmelkes, S. (1995) “La calidad requiere liderazgo”, en Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (pp. 65 – 76) México, D.F., SEP.

Comentario:

 Aunque sea del bloque anterior, esto lo relaciono con las lecturas de Mortimore, cuando habla del Liderazgo Profesional, como una característica clave de las escuelas efectivas, ya que ambos amblan sobre las funciones con las que debe cumplir un director y las responsabilidades que tiene. Otra cosa con las que relaciono este capítulo es con una noticia del 30 de noviembre, donde se menciona una capacitación, previa a la certificación de 30 maestros de Ciudad Juárez, con el fin de “eficientar” el trabajo directivo, técnico y logístico dentro de ciertas escuelas de educación básica.
Desde mi punto personal, creo que está bien que a los directores se les capacite, pues en ocasiones es el subdirector quien esta más informado de la operación dentro de la escuela, y dejan al director a un lado, solo como figura representativa.

martes, 22 de noviembre de 2011

CAPITULO V: LA CALIDAD DEPENDE DE TODOS LOS QUE PARTICIPAN EN EL PROCESO

La calidad la causa el equipo docente
En una escuela, los resultados dependen de las personas y de las interrelaciones entre las personas. Por eso, un movimiento hacia una mejor calidad del proceso educativo requiere la involucración activa de todos los agentes implicados, es decir, el equipo docente debe compartir el propósito de mejorar la calidad, comprender que se requiere un cambio de actitudes, y estar dispuestos a modificar sus actitudes y a ser consecuentes con esta decisión de cambio. Se trata de reunir a las personas en torno a objetivos comunes.

No basta con participar, hay que hacerlo en equipo

No basta que todos participen. Hay que hacerlo en equipo. Sabemos por experiencia que no basta trabajar en una misma organización para constituir un equipo. El trabajo en equipo hace que una persona compense con su fuerza la debilidad de otra y que todos agucen su ingenio para resolver las cuestiones que son de todos.
En un trabajo en equipo se toman decisiones y se actúa sobre ellas. Este se convierte en el fin del equipo. Lo que lo define es su objetivo, que se traza entre todos. Todos adquieren una responsabilidad ante el colectivo en esa actuación.
En la administración de control total de calidad existen equipos llamados "círculos de calidad". Un círculo de calidad es un grupo que desempeña voluntariamente actividades de mejoramiento y control de calidad, y típicamente abordan un problema que es común a los que en el participen. Es de esta manera que todas las personas relacionadas con el proceso se involucran.

La participación en equipo mejora la calidad de vida en el trabajo
Un principio fundamental de la filosofía de la calidad es que las personas se desarrollan, se humanizan y humanizan el trabajo cuando participan activa y colectivamente en el mejoramiento de los procesos de trabajo.
La participación genera compromiso y satisfacción personal. Por otra parte, se parte de la convicción de que una organización que se conduce de esta manera genera una mayor calidad de vida en el trabajo, que es uno de los objetivos primordiales de la filosofía de la calidad.

La participación debe ampliarse a los padres de familia y a otros miembros de la comunidad

Una escuela debe convertirse en una comunidad educativa en la que participen activamente alumnos, padres de familia y miembros de la comunidad. La calidad educativa les concierne a todos. No es difícil imaginar cómo se pueden integrar los alumnos y los padres en los círculos de calidad.
Es quizás conveniente, en la mayoría de los casos, comenzar un proceso de mejoramiento de la calidad a partir del personal docente de la escuela. Pero es altamente recomendable que, muy pronto en el proceso, se vayan incorporando alumnos y padres de familia que voluntariamente deseen participar en el proceso.

Schmelkes, S., (1995), “La calidad depende de todos los que participan en el proceso”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 55-64). México. D.F., SEP.

Comentario:
En este capítulo lo relaciono con la lectura de Mortimere, pues en una parte nos habla sobre la unión de objetivos, y por parte de los docentes, uno de los objetivos es procurar calidad, pero no solo basta con querer que las cosas mejoren, todos debemos poner nuestro granito de arena para hacer que esto sea posible, ya que como maestros somos responsables de este aspecto.

CAPITULO IV: LA CALIDAD ESTÁ EN EL PROCESO

El mejoramiento de la calidad es un proceso que nunca termina
La calidad es un concepto relativo y dinámico. No se puede definir en términos absolutos, y  siempre es posible pretender más calidad. No hay tal cosa como “niveles aceptables” de calidad.
Esta es la razón por la que la falta de constancia en el propósito de mejorar la calidad es lo que los teóricos de la calidad total llaman la "enfermedad paralizante".

La calidad está en el proceso
La calidad es un proceso constante y permanente porque es total, y como tal está presente en todas las partes del proceso educativo.
Una organización es un proceso, por lo tanto es un proceso y el proceso está constituido fundamentalmente por relaciones, la mayor parte de las causas de la baja calidad están en el sistema, no en las personas. Esto se debe a que la calidad comienza desde el diseño mismo del proceso educativo. Esto significa que, desde que definimos qué aprendizajes queremos lograr y cómo los queremos lograr, desde que definimos al tipo de egresado que queremos, así como los aprendizajes que queremos que obtenga todo alumno que termina cada grado, el grupo de alumnos en su conjunto, estamos introduciendo calidad.
Una de las grandes ventajas de esta filosofía de la calidad, orientada a los procesos, y por tanto a las relaciones y a las personas, es que no requiere mayores recursos o mejor tecnología. Requiere, en cambio, como ya mencionamos, una transformación de las actitudes de las personas de quienes depende la calidad.

Schmelkes, S., (1995), “La calidad está en el proceso”, En Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 49-54). México. D.F., SEP.



Comentario:
En este capítulo, la autora nos explica por qué se dice que la calidad es un proceso dinámico, también menciona que la calidad en sí, nunca va a llegar a una etapa máxima, pues los estándares de calidad siempre podrán ser superados. Un ejemplo claro, sería el que pudimos observar todos los que fuimos a las Secundaria Técnica #3, ya que a pesar de que era muy impecable y sus instalaciones estaban completamente equipadas, tiene detalles que se pueden mejorar, tanto en instalaciones como relaciones entre el personal y los alumno.